A lo largo de la historia, los movimientos feministas han tenido una serie de desencuentros en diversos temas relacionados con los derechos de niñas y mujeres en toda su diversidad, siendo uno de ellos el lugar que las personas trans ocupan dentro de los mismos. Por un lado, se presenta un discurso excluyente que se disfraza de un supuesto feminismo radical y que argumenta que este movimiento fue creado únicamente para mujeres biológicas (que nacen con vagina)[1], a ese sector se le ha llamado Trans-Exclusionary Radical Feminist (TERF) o, en español, “Feminista Radical Trans-Excluyente”. Por otro lado, hay otros feminismos incluyentes que entienden que, como mujeres, las mujeres trans también viven una serie de violencias y discriminaciones creadas por los sistemas de opresión. Por lo anterior, es necesario profundizar en esta temática desde una perspectiva decolonial.
En pocas palabras, el feminismo decolonial nació con la influencia de los feminismos comunitarios, autónomos y críticos de América Latina y el Caribe para “entender de forma más compleja las relaciones derivadas de ‘raza’, sexo, sexualidad, clase y geopolítica de forma imbricada”[2] y visibilizar cómo los sistemas de opresión, principalmente el patriarcado y colonialismo, juegan un papel protagónico en las violencias y discriminaciones que vivimos.
Siguiendo con esto, María Lugones, una de las máximas exponentes de esta corriente, menciona que durante la colonización de América y el Caribe se impuso una jerarquización entre lo humano y lo no humano y otra entre hombres y mujeres.[3] Lo anterior dio paso a la creencia de que las personas blancas eran las únicas “civilizadas”, siendo los hombres blancos y heterosexuales los aptos para la vida pública y las mujeres blancas un instrumento para reproducir el capital[4]; en esa lógica, las personas no blancas eran consideradas como no humanas. Además de lo anterior, también se impuso un sistema binario de género en el que se determina si una persona es hombre o mujer de acuerdo al sexo asignado al nacer.
En tal sentido, la feminista decolonial Oyeronke Oyewùmi menciona que “uno de los primeros logros del Estado colonial fue la creación de ‘mujeres’ como categoría”[5], esto tuvo efectos importantes en la sociedad, ya que, como se mencionó previamente, las únicas reconocidas como mujeres eran las mujeres blancas y se estableció una única forma de ser y de vivir como mujer y, por tanto, “el feminismo hegemónico blanco equiparó mujer blanca y mujer”[6].
Tomando en cuenta lo anterior, uno de los objetivos de la corriente decolonial del feminismo es construir una teoría y práctica feminista que tome en cuenta la experiencia de mujeres que no eran sujeto del feminismo en sus inicios, un feminismo hegemónico que solo reconocía como mujeres a las personas con vagina, blancas, heterosexuales y burguesas. Para esta corriente es necesario visibilizar que “pensar en la identidad de género desde concepciones binarias es racista y colonial”[7], ya que sabemos que existen diferentes tipos de identidad y expresión de género fuera de los marcos binarios coloniales.
Lo anterior hace notar que previo a los procesos de colonización existían diversidades reconocidas en algunos pueblos indígenas del mundo; por ejemplo, las muxes en Juchitán, Oaxaca, que nacen con una biología asignada masculina y se identifican con el género femenino[8], otro ejemplo son las más de 150 tribus nativas de América del Norte en donde se han documentado el reconocimiento y existencia de personas transgénero a las que se les conoce como “dos espíritus”[9]. Es necesario mencionar que imponer a las personas un sistema sexo-género basado en el binarismo colonial es sumamente violento, ya que es imponer valores establecidos por los sistemas de opresión.
Es importante decir que “nuestra sociedad, influida como está por la hegemonía de las ciencias, tiene una comprensión biologicista y funcionalista tanto del sexo como del género”[10]; no obstante, el feminismo decolonial marca las pautas coloniales en el discurso de rechazo hacia la comunidad trans dado que este rechazo se fundamenta en el orden binario de género establecido por el colonialismo y, también, nos marca los postulados de un feminismo que pretende imponer su hegemonía a las personas que viven fuera de los estándares coloniales. Y, en efecto, las mujeres trans no son sujeto del feminismo, pero es importante mencionar que no son sujeto de ese feminismo hegemónico, pero lo son de otros feminismos como el decolonial.
En un país como México, segundo lugar de América Latina en crímenes de odio contra personas trans[11], no podemos permitir que los discursos de odio impregnen los feminismos en ninguna de sus corrientes. No podemos tener un supuesto “feminismo” que apoya la transfobia[12], que niegue la identidad y derechos humanos de otras personas y que pretenda tener el poder de establecer y dictar quien si puede ser mujer y quién no de acuerdo a nuestras ideas colonizadas; el presunto “borrado de mujeres” no es otra cosa que una invención colonialista y racista que pretende controlar a las personas; como feministas, no podemos centrarnos en postulados tan simplistas y binarios y mucho menos hegemónicos.
Estos discurso de odio tienen impactos reales en la salud física y mental de las personas trans; por ejemplo, la expectativa de vida de una mujer trans es de 35 años[13], mientras que la expectativa de vida de una mujer cisgenero es de 78 años[14], esta diferencia recae en la violencia, discriminación y rechazo que viven por su identidad y expresión de género. Otro ejemplo es la reciente iniciativa de la diputada América Rangel del Partido Acción Nacional (PAN) que busca terminar con los tratamientos hormonales y procesos quirúrgicos para reasignación de género para menores, ignorando la legislación y protocolos de salud del país, así como el pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las infancias.
Al mismo tiempo, debemos recordar que el verdadero enemigo son los sistemas de opresión y la forma en la que operan para violentar y discriminar a las personas, no las personas trans u otras identidades.
Desde Elige Red, nos posicionamos en favor del pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y, por tanto, rechazamos las perspectivas trans excluyentes que vulneran la garantía de los mismos e incentivan los discursos de odio que generan discriminación, estigma y violencia contra las personas trans.
Finalmente, como Audre Lorde menciona:
“No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra incapacidad para reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias”
- María Camila Vega Salazar, Feminismo trans-excluyente: un constrasentido, Universidad de los Andes, [En línea]: https://cider.uniandes.edu.co/es/Feminismo-trans-excluyente-2022. [Consulta: 15 de febrero de 2023. ↑
- Ochy Curiel, “Construyendo metodologías feministas desde el feminismo decolonial”. Trayectorias del pensamiento feminista en América Latina coordinado por Julia Antivilo, pp. 141 – 168. México: UNAM, 2022. ↑
- María Lugones, Hacia un feminismo descolonial, Desde el Margen, [En línea]: https://desde-elmargen.net/hacia-un-feminismo-descolonial/. [Consulta: 20 de febrero de 2023]. ↑
- Ibidem. ↑
- María Lugones, “Colonialidad y género”. Revista Tabula Rasa, núm. 9, (julio-diciembre 2008): pp. 73 – 101. https://www.redalyc.org/pdf/396/39600906.pdf. ↑
- Ibid, p. 95. ↑
- Carolina Rodriguez Mayo, El feminismo antirracista y decolonial no puede ser trans excluyente, Afroféminas, [En línea]: https://afrofeminas.com/2020/12/20/el-feminismo-antirracista-y-decolonial-no-puede-ser-trans-excluyente/. [Consulta: 15 de febrero de 2023]. ↑
- Ana Fornaro, Las muxes una identidad transgénero milenaria, Presentes, [En línea]: https://agenciapresentes.org/2016/11/24/las-muxes-una-identidad-transgenero-milenaria/. [Consulta: 17 de febrero de 2023]. ↑
- Rosa de Bustos, La identidad de género en la historia, La Vanguardia, [En línea]: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-antigua/20200901/33040/identidad-genero-historia.html. [Consulta: 20 de febrero de 2023]. ↑
- Siobhan Guerrero Mc Manus, “Lo trans y su sitio en la historia del feminismo”. Revista de la Universidad, (marzo, 2019): pp. 46 – 52. https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/20b8e538-f1a5-477c-8f9d-714d98c98c5b/lo-trans-y-su-sitio-en-la-historia-del-feminismo. ↑
- Jael de la Luz, Por un Feminismo decolonial, inteseccional y transinclusivo, Feminopraxis, [En línea]: https://feminopraxis.com/2018/10/24/por-un-feminismo-decolonial-interseccional-y-transinclusivo/. [Consulta: 18 de febrero de 2023]. ↑
- La transfobia se refiere al “rechazo que sufren las personas transexuales al transgredir el sistema sexo/género socialmente establecido” en Charo Alises y Julián Ramírez, La transfobia, un problema que no cesa, Amnistía Internacional, [En línea]: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/la-transfobia-que-no-cesa/. [Consulta: 03 de marzo de 2023]. ↑
- La Jornada, Viven personas transgénero en una condición de vulnerabilidad exacerbada, UNAM, [En línea]: https://coordinaciongenero.unam.mx/2022/01/viven-personas-transgenero-en-una-condicion-de-vulnerabilidad-exacerbada/#:~:text=Recuerda%20que%20la%20Comisi%C3%B3n%20Interamericana,de%2035%20a%C3%B1os%20de%20edad. [Consulta: 03 de marzo de 2023]. ↑
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Esperanza de vida al nacimiento por entidad federativa según sexo, serie anual de 2010 a 2022, [En línea]: https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=Mortalidad_Mortalidad_09_61312f04-e039-4659-8095-0ce2cd284415. [Consulta: 03 de marzo de 2023]. ↑